lunes, 12 de abril de 2010

La Primera Presidencia.

Antes de sé firmada la Constitución se habían realizado las primera elecciones, resultando elegidos Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo como presidente y vicepresidente, respectivamente. El 10 de octubre se presentaron los dos en la vieja iglesia de San Pedro y San Pablo, entonces recinto del Congreso, donde ya había jurado Agustín I, y se llevó a cabo una austera ceremonia, como correspondía al republicanismo que se inauguraba. El gobierno de Victoria resultó relativamente estable gracias a la supresión del iturbidismo con el fusilamiento del emperador y al alivio económico que trajeron los dos préstamos ingleses. Gracias a este dinero, Victoria no tuvo que recurrir a los impopulares préstamos forzosos. Sólo a este dinero, Victoria no tuvo que recurrir a los impopulares préstamos forzosos. Sólo a fines de su gobierno se comenzaría a empeñar el producto de las aduanas, después de la quiebra de la casa londinense donde México depositaba su dinero, y en la que el país perdió los dos millones de pesos que restaban de los préstamos ingleses. A pesar del optimismo y la confianza que reinaba, la situación continuaba siendo difícil. La larga lucha entre los mexicanos por más de una década no sólo había desquiciado toda la sociedad, sino que también había heredado un grupo de ambiciosos generales que no querían resignarse a una vida oscura después de "haber logrado la independencia". Victoria trató de conciliar las fuerzas antagónicas e invitó a formar parte de su ambiente a representantes de diversos grupos. También en las relaciones internacionales intentó hacer lo mismo y procuró equilibrar la influencia norteamericana y la de su ministro Poinsett inclinándose hacia la Gran Bretaña y un ministro de Ward. Los grupos políticos todavía no tenían una verdadera existencia, todos buscaban respuestas a los problemas mexicanos, todos pertenecían más o menos al mismo grupo y constituían la élite que decidía los destinos del país. Al ocupar Victoria la presidencia, el único grupo político organizado que existía era el de los masones escoceses. El presidente creyó que era necesario fundar una nueva logia para que se hicieran contrapeso a la influencia de los escoceses. Y en efecto, en 1825, con la intervención del ministro Poinsett, Lorenzo de Zavala, Miguel Ramos Arispe y Vicente Guerrero, se fundó la Logia de York. Como era una logia nueva, muchos escoceses sin chamba se pasaron a ella en busca de una oportunidad de apoyo para conseguirla

1 comentario: